Deambulant pel fil vermell,
ressegueixo cartografies passades.
Una paperera buida,
evoca,
la rugositat de la memòria
que m’apropa a tu.
Olga Taravilla Baquero
Deambulant pel fil vermell,
ressegueixo cartografies passades.
Una paperera buida,
evoca,
la rugositat de la memòria
que m’apropa a tu.
Plec a plec,
desvesteixo l’esvoranc.
Plec a plec,
edifico el receptacle.
Plec a plec,
amb els teus llavis carmesí.
Camino peregrinando,
transito entre hilos, profano mapas,
vuelvo,
viro,
rasgo..
…
y soy raíz
solo para hundirme en ti.
Cierro espacios.. tela a tela,
Alambres blancos enredados…
Hace frío..
Me cubro con la tela, rosa fucsia.
Sigo desmontando años..
Y sigo pasando frío..
Desarmo contigo.
La piel nota una nueva cicatriz,
la miro..
Suena una canción..
susurras letanías
Le explicas: me voy…
yo sé.
Quizás…
sí, pero me voy.
El rojo sigue siendo rojo,
y tu golpeas la tecla: Play!
Inquietud insomne.
Un estrinque…bordea carencias desprovistas
de amarras.
Ya no brego, las aguas tranquilas
me abordan.
Vaivén de los pliegues del tiempo,
te miro desde el rincón de quejas.
Te miro.
Inerte, estéril, sinsentido. ¿Tú o yo?
Del blanco radiante han huido los colores,
vacío negro nos acoge,
sosteniéndonos en la línea imaginaria que nos une.
¿nos une?
Mi mano se cierra contra sí misma,
en gesto de repliegue vital que encierra
en su sí, mi adiós.
Por miedo a la falsa evocación del desamparo
mis pestañas caen invocando al recuerdo,
no hay señal,
no hay puerta.
Se cierra la ventana.
Sinsentido, estéril, inerte.
Tú o yo.
Despierta en tu ausencia indago,
entre los ensueños.
Exploro interrogantes calmando
un seno vacío.
Situada en mitad de tu ciudad, avisto momentos en fuga,
congojas licuadas en sal y disoluciones
pasadas.
Situado en mitad de mi ciudad, avenidas de palabras calmas,
encienden sus luces, en blanco y negro,
a veces.
Percibo las palmas,
emplazada en mi misma, miro hacía el centro
que volveré a colonizar,
quizá mañana mismo.
Convertida en caja de secretos,
guardo tu nombre entre el silencio.
A través del enrejado calculo,
cuantas palabras me separan de ti.
Cien cajones cerrados,
colmados de misterio
invocan albas no respiradas.
Perfume dulce extraviado.
Mirada detenida en un segundo inhalado con fuerza.
Dos segundos y desaparezco
hasta perderme dentro.
Un minuto para atesorar,
convirtiéndome en arcón de enigmas.
Inspiro en la madrugada y sigo
contando palabras.
La distancia logra un sueño: cerrar la carne viva.
Someter la herida abierta,
sangrante y llorosa de ausencias.
Sigo así el itinerario de una cicatriz
con la mirada,
puedo reseguirla sin temor e, incluso,
llenarme de nostalgia…
Abro la contraventana de mi vida,
observo como las palabras e imágenes serpentean entre la brisa.
Es medianoche, y aún así, un fulgor ilumina su baile.
Al capricho del viento se ordenan,
se acomodan dóciles a tu pensamiento.
Recito sus nombres.
Me regalan un gesto, leve, tenue, mínimo.
¿Cuantos años hace que nos conocemos?
Me sonríen sin responder y siguen con su danza.
Ha llegado el momento,
subo a la silla,
me siento en el alféizar,
un instante..
en mitad del vórtex.
¿vienes?