Líneas en perpetua transformación cruzan el horizonte de mis sueños. Se van tornasolando en el atardecer de las estaciones hacía todas las direcciones posibles. Cruzan espacios innominados. ¿Cuantas dudas me separan de ti? ¿Se pueden medir las dudas? Quizá puedan mesurarse en un palmo de mis fantasías. No pueden medir más de 16 cm. Dieciséis centímetros conteniendo un horizonte innominado de titubeos. Que bonita es la palabra titubear, como una danza que oscila y te deja perpleja ante su sola pronunciación.
Titubeo mientras me sitúo en el hilo rojo que me lleva a la metamorfosis de mi misma. Titubeo suavemente ante el confín de las quimeras. Sigo caminando y recitando titubeos para cruzar la línea del horizonte de dudas que me separan de ti.