Entre blanco y azulado

Se enciende el hilo invisible que conduce conversaciones. ¿Quién ha marcado? Concatenas ideas en ese color fluorescente, entre blanco y azulado. Es una convocatoria a la deriva del pensamiento y sigues el itinerario. Era casi luna llena, una tarde, hacía calor y vestías de rojo. Siempre vistes de rojo ante la disposición de un mapa. Avivas latitudes y meridianos, haces cuentas y cuentas segundos, enumeras marcas, señales y trazas del intervalo que te separa de la palabra. Los términos para nombrar no son del todo exactos en el titubeo entrecortado e intentas inventar un nuevo idioma que te sitúe entre la hebra azulada y el infinito que te desmonta. Enhebras delicadamente, hilvanas anhelos, zurces fantasías y ribeteas con palabras almibaradas trenzando las medidas de esa fórmula de una matemática inexacta. Sí, lo disparatado puede producirse en cualquier momento y es difícil de representar en el mapa que te conduce. Vuelvo al hilo entre blanco y azulado.