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Las naranjas y sus mitades

Soy naranja entera, sí. Hace años… ahora ya, muchos, soñaba con ser media naranja. Porqué sí, estaba escrito, filmado, cantado que las personas somos sólo mitad, esperando anhelantes una parte que no estaba en nuestro interior. Un porción que nos complementa, que nos hace SER. Ser, en mayúsculas, o eso decían. Con lo complicado que es ser. La búsqueda ha sido ardua, a veces, desesperante, triste, vacía y, seguramente, sin sentido. Después de muchas cáscaras derramadas, esparcidas en el camino, descubrí que estuve demasiados años preocupada por ser mitad, sin pensar que cada uno de los gajos que me forma, es una pequeña mitad de muchas otras naranjas, mandarinas e, incluso, fresas. La multiplicidad invadió mi vida, multiplicándome a mí también hasta conseguir la esfera cítrica soñada. Soy naranja entera sí, pero no nace sólo de mí árbol, también estás tú.