Insignificantes

Te acercas mientras camino bordeando el umbral. Juego que soy una equilibrista sobre el hilo blanco por pintar. ¿Cuándo entraste? Sí, tendría que haberme dado cuenta. Pero a veces, sólo para algunas cosas, soy un poco despistada. No sé si te has dado cuenta. Me distraigo y quedo fascinada por cosas insignificantes. Aquellas que, a veces, pasan desapercibidas, que casi no se ven, que son pequeñas, sutiles, frágiles y tenues.

Después de teclear la palabra insignificante, la miro detenidamente en la hoja blanca y siento la necesidad de aprehenderla. Busco sinónimos del término insignificante: baladí, despreciable, fútil, desestimable, desdeñable, exiguo, humilde, ínfimo, mediocre, menudo, modesto, reducido, insustancial, ridículo, inapreciable, chico, mínimo y pequeño. Me sorprenden los sinónimos. Lo pequeño, mínimo, menudo, humilde, modesto, reducido y chico es a la vez baladí, despreciable, fútil, desestimable, desdeñable, exiguo, ínfimo, mediocre, insustancial, ridículo e inapreciable.

¿Puede existir algo insignificante? ¿Cuándo se convierte algo en insignificante? En la pregunta me planteo qué es significar, para conocer su negación. El in parece siempre ser una negación o una carencia. Aunque a veces nos diga interior, dentro.

Ha llegado el momento de acudir a la etimología. Signa y facere. Se combinan señal, marca y hacer. Se ha de hacer algo para dejar marca y señal, para significar.

¿Para quién? ¿Para mí? ¿Para ti? ¿o es justo ese instante entre los dos?

En mitad del hilo blanco por pintar puedo palpar las cosas, las perfilo, las marco y doto de ese color extraño que a veces me invade. ¿Es la señal que viste? Decididamente me gustan las cosas insignificantes.