Veo volar los momentos entre las esferas blancas que invaden la primavera, entremezclados entre ellas, crean coreografías hipnóticas. Un giro, dos y en diagonal cruzan los espacios entre el azul y el verde. Río sin poder evitarlo, me están invitando a bailar, entre ese caos que contiene miles de circunstancias sin explorar. Tanteo la danza, un paso, dos y me encuentro bailando en el intermedio del mes de mayo.
Estoy en un intervalo que no sé dónde me va a llevar, pero me gusta el movimiento, uno, dos, tres… giro hacía la izquierda, volteo 360 grados y me encuentro mirando la distancia que me separa de ti.
Unos segundos de inmovilidad.
Y todo vuelve a girar dentro del deseo de reposo, esta vez 180 grados hacía el norte. Cambia el color y el mapa por dónde caminar. Un paso, dos… y deambulo sin trazar las líneas, camino hacía la sonrisa de las esferas blancas, la de los bellos enredos que incitan al baile. ¿Quieres bailar?