Interrogantes

Cien días caminando por el interrogante. Él, sostenido por hilos de color seda anudados con amnesias, se sonríe. Un paso… otro y en el itinerario criptografío, en letras doradas, una nueva mirada. Dos pasos más, y el hilo rojo reviste de nuevo los andamios. Tres y descubro, debajo de la alfombra, preguntas sin respuesta. Siguiendo el trayecto, miro los aledaños…¡¡Vaya!! Estoy sola ante a la incógnita.

Frente a frente nos contemplamos, nos examinamos y finalmente, nos descubrimos el sombrero una a la otra, educadamente. Sostengo, entre malabarismos, el camino que me lleva a tu abrazo y,… apago la luz.