Haluros de plata

haluros de plata

Congelada en una imagen,

delimito el contorno de tu mirada.

Las yemas de mis dedos,

palpan,

buscan,

acarician

perfiles alejados.

Refulgencia disipada.

Haluros de plata,

no expuestos a la luz

se archivan en su olvido.

Reminiscencias lumínicas,

en tardes de invierno,

se decoloran en mí.

Ilusiones prendidas

Las ilusiones prendidas de un alfiler juguetean haciendo y deshaciendo.

Miles de sueños brotan del vacío en el que son concebidos.

Duplicada desde siempre en un espejo que me devuelve a mí misma,

dentro del espejo…
lleno el espacio de imágenes, palabras y formas que me acompañan.

Utopías que nunca se van a producir, vidas que no van a existir.. y aún sabiéndolo,

…juego…

La chica que habita dentro del espejo se ríe.

En el silencio siempre se haya la duda, en la quietud el miedo.

¿Qué busca? ¿Qué buscas?

Asusta el gris intermedio.

Palabras

Nacida del silencio, profundo.
De la duda.

Releo palabras que viven guardadas
en una caja de zapatos.

Desaliento en la habitación blanca.

He de pasar un lapso, un ciclo, una estación
transitando por la arista
para que lentamente…
brote la voz de entre la maraña de los años.

Y no habitaba sola.

Fascinada por una oquedad

Fascinada por una oquedad

lindo entre el sueño y el despertar de la medianoche.

Atraída por tu perfil marcado, en el blanco roto de la sábana,

bordeo lentamente el filo que me susurra promesas.

de primaveras pasadas

de inviernos por llegar

de otoños heridos

Tentada por el vacío, te dejo libre.

Despierto por fin.

Dices Céfiro

Dices Céfiro y crees que todo se detiene en ese instante. Miras alrededor en busca de la cifra, y desolada compruebas que alguien te despojó del secreto, de la cifra y de Céfiro. Quedaste, igualmente un instante, como sin palabras. Bóreas te sonríe mientras el invierno aborda tu corazón, la tormenta está pronta en llegar.

Creíste poseer el secreto, creíste que el instante podía perdurar, creíste una vez más. Y la tormenta estalla. Buscas refugio en tu laberinto, buscas que amaine el temporal y encuentras la maraña de cifras y secretos despojados. Entre muchos hallas aquel que robaste una mañana otoñal; el que sustrajiste, hace ya algunos años, como sin querer; encuentras muchas cifras y millones de palabras: tranquilidad, miedo, dolor, placidez, sosiego, congoja, ahogo, prisión, pasión, cariño, ternura, risa…

Cosechas las palabras, cosechas las cifras y los secretos para guardarlos entre cuatro paredes doradas en fondo rojo. Allí estarán hasta el próximo temporal, volveré seguro al laberinto y volveré una vez más a cosechar. Así se llenan los instantes.

Yo no puedo cosechar en tu laberinto, pero sí me gustaría regalarte una cajita roja, de paredes doradas donde puedes, si lo deseas, guardar tus cifras, tus palabras, tus secretos. Si te falta espacio, en mi baúl queda algún cajón.

Descosiendo sueños

Descosiendo sueños…

se deshilachan los recuerdos y tú

mueres un poco,

sólo un poco.

Y no hay consuelo posible, hoy no hay bálsamo de calma

y lo sé.

Sólo me queda esperar al amanecer,

disipándome en el camino de la invocación.

en el camino de la reminiscencia.