Mariposas que vuelan

Debería hacer calor aquí adentro, cubierta por la trasparente seda, pacientemente tejida. Debería hacer calor, pero siento frío. Crisálida en la oquedad rugosa rememoro lo no nato, entelada la visión no alcanzo a vislumbrar, no logro.. ¿Cuánto tiempo se necesitará para salir de aquí? ¿No son demasiados años?

Lucho contra los filamentos que me traban, combato una, dos, tres batallas perdidas. En ofensiva contra mi misma, tan sólo logro quedar más y más atraída por la maraña protectora.

Probaré a deslizarme, lentamente, suavemente evaporarme. ¿Dispersarme?

Así, me desvanezco entre la bruma de la primavera y siento el calor de tu mirada. Mariposas que vuelan. Franqueas el umbral de la noche pausadamente y la originaria risa cruza corriendo bajo la puerta, inscribes tu piel en la mía y nuestros perfiles juegan a las sombras chinas. Esbozamos mariposas que vuelan sobre la pared blanca. Una y otra vez, hasta que rompe el día y así me duermo suave, recorriendo, perfilando, apurando todavía los últimos instantes de luz.

Mariposas que vuelan.